Los de la generación X tienen que arreglarse con menos. Menos esperanzas, exiguos ingresos, ocupaciones temporales, poco futuro. Pero, insólitamente, no se revelan enfurecidos como los agitadores juveniles de otros tiempos. Sus espíritus han girado hacia la acomodación. No protestan, no explotan… Esta juventud reivindica su derecho a no tener expectativas, ha dejado de pugnar por el éxito, la fama y el dinero…
Vicente Verdú. Un libro insignia. Generación X

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